jueves, 5 de junio de 2008

Capítulo 1: Tiempos Difíciles (Parte 1)

Antes de que comience a relatar el comienzo de esta historia, de este amor que salvó mi verdadero ser, será mejor que retroceda unos años, a un momento realmente difícil de mi vida que me marcó en los años venideros.
Sucedió cuando tenía doce años. Lo que sucedió no sucedió de repente, tampoco comenzó en el momento que estoy relatando, sino que terminó. Terminó esa tarde gris, sin traer sorpresas, pero sí mucho dolor.
Algo estaba mal cuando el pequeño Brian, mi hermanito, vio el mundo por primera vez. Aunque en ese momenteo nadie lo notó, porque tanto a mis padres como a mí nos embargaba una enceguecedora felicidad. Él sería el último consuelo para el matrimonio de mis padres, la última esperanza a la que se aferró mi madre.
Cuando Brian tenía tres años, el doctor le detectó un tumor en su cabecita. Ahí comenzamos a sentir cómo nuestra vida empezaba a caerse a pedazos. Primero, nuestro padre nos abandonó sin previo aviso, y nos quedamos sin dinero con el que tratar al pequeño. Nos dedicamos entonces a la tarea de atenderlo, o más bien verlo morir poco a poco. De ser por mí, habría faltado todos los días que hicieran falta al colegio, pero mi madre me insistió en que nadie ganaría nada si acababa repitiendo el año. Así que asistí, no del todo contenta, no sólo por la monotonía de las clases y mi deseo de ayudar, sino también por el interminable papel que me veía obligada a interpretar ante la aguda mirada de mis compañeros de clase.
Me había convertido, con el paso de los años, en la chica que siempre quise ser. Coqueta, pícara, astuta, siempre aparentaba ser fuerte ante todos mis compañeros, y aparentaba tener todo lo que quería a fuerza de trabajar por ello. A pesar de que sabía que o jugaba el juego o me entregaba a una vida en la que era rechazada permanentemente, una parte de mí siempre buscaba algo diferente: Quería revolcarme en el lodo, quería levantar la mano en temas que muchos consideraban tontos y expresar una opinión, quería ser, y no actuar.
Pero este "no-ser" en el que me había convertido se vio con el rimmel corrido y la capa de maquillaje improlija con la muerte de su hermanito Brian. Su hermanito, un reflejo de esperanza, de cariño, de lo que habría podido ser, se había ido. El único milagro de mi vida ya no estaba. Veía a mi madre derrumbada sobre la tumba del pequeño, todos ya empezábamos a extrañar sus sonrisas, contemplando ansiosos la mueca seca de su rostro... La mueca que estaría en esa angelical carita por siempre.
Supongo que debería contarles la causa de la muerte de mi hermano para que entiendan mejor cómo empezó la verdadera ruina de mi vida.

4 comentarios:

Librosintinta dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Librosintinta dijo...

Hola, te invito a afiliarme y yo hare los mismo, soy la encargada de librosintinta, hace poco revisé tu comentario y me da mucho gusto que te haya gustado el blog y hayas particiapdo en el.

http://www.librosintinta.blogspot.com/

Saludos
Borré el mensaje pasado porque me equivoqué.

**Evily** dijo...

¿cuando vas a poner más?

Es que me he quedado con la intriga ^^.

Te invito a que pases por mi blog, a ver si te gusta y lees mi historia, pero, he de decir, que la tuya es mejor.

Anónimo dijo...

:( pobre Brian!!! y tan chiqitito, tres años nada mas! ooww :(


sigo leyendo...